Después de varios encuentros virtuales por el chat, me invita a un almuerzo en su departamento. Viene a mi encuentro, nuestras miradas se enfrentan,para mi es como que lo conozco desde siempre, El reacciona de la misma manera, entre risas y charlas seguimos caminando; todo normal como dos amigos hasta llegar a destino.
Estamos en la habitación y me ofrece un asiento frente a la compu, miro la pantalla y ahí está todo los que nos une, se detiene detrás de mi y apoya sus manos en mi cuello- dice-¡Que contracturada estás!,¿ Nunca te has hecho masajes?- no, respondo-
Toma un frasco que esta sobre la mesa- le pregunto, ¿ que es?- .-es aceite de almendras y jazmín, la almendra es relajante y el jazmín hace lo suyo;es afrodisíaco-; coloca unas gotas en mis manos y aspiro su fragancia y en el mismo instante estoy entre las suyas rodeada de masajes circulares y me voy del mundo traspasando los umbrales de la normalidad.
La habitación se inunda de olores, suspiros, gemidos y silencios; son minutos transformados en siglos de lujuria; hasta que todo se desvanece y vuelvo a la realidad.
Para El quizás es un episodio mas en su vida pero para mi es un despertar a nuevas sensaciones ; entonces ya nada es igual; nada vuelve a ser lo mismo cuando se atreve a cruzar la linea...
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