CUENTO"UNA EXTRAÑA MUJER"

La llamaban la cárcel: José era un preso político más...María su esposa, una vez a la semana se transformaba en otra persona para no ser reconocida, y en la madrugada, burlando la guardia, llegaba hasta José, eran sólo unos minutos los que compartían.
Esa madrugada fue fatídica, El le dio la noticia que lo trasladaban a un lugar....... desconocido.
María quedó sin aliento, se abrazó a El y aspiró toda la energía de José y El quedó desplomado en el suelo del portón de su celda al fondo de un pasadizo.
María giró hacía la salida y empezó a andar, segura, firme, para emprender su lucha.
Llevaba en su mano derecha un farol encendido, porque el pasadizo era largo y oscuro, sólo tenía a un costado de la pared dos tragaluces, sólo en noches de luna llena entraba algo de luminosidad.
A lo lejos, vigilada por el soldado de turno con FAL en mano la vio venir, pero el soldado era tan rehén como José de la situación que se estaba viviendo y sólo la observaba; para El era una extraña mujer, alta, erguida, llevaba un vertido color lila con rayitas fosforescentes que se iluminaban con la luz del farol, con su larga cabellera negra se había hecho un rodete tirante hacía la nuca, dejando al descubierto su rostro.
A medida que avanzaba parecía que dejaba surco en el suelo con el ruedo de su vestido, porque era tan largo que no se veían sus pies.
José siguió en el suelo contemplando su salida.
María llegó al último tragaluz, que la iluminó de la cabeza a la cintura, el soldado pudo ver más de cerca a esa extraña mujer, había adornado sus orejas y en su largo cuelo un collar de perlas amarillas que resaltaban con la luz del farol.
Llegó a la salida, pasó su mirada por encima del soldado y El vio su rostro, tenía tan tirante su cabello, que sus ojos grandes parecían rasgados y sus negras pupilas brillaban a la luz del farol y dos lagrimones nacían de sus ojos y morían en sus labios gruesos y rojos, no maquillados con rouge, estaban rojos por la presión contenida de tanto sufrimiento.

 José ya no se vio más, era sólo oscuridad.

María abandonó el pasadizo sin darse cuenta de la presencia del soldado, porque su mente y su corazón estaban desbordado de fuerza para empezar su lucha por libertad, justicia y libres pensamientos......

3 comentarios:

  1. FLORIA,MUY BUENO, GRACIAS POR COMPARTIRLO

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  2. Qué pena, que por unas ideas políticas no coincidentes con los que tienen el poder se tenga que estar preso en una cárcel como es el caso de José, por otra parte el sufrimiento de la heroína de María.
    Tú cuento está muy bien relatado y además me ha gustado la temática Floria.
    Gracias por compartirlo amiga.
    ¡¡¡ENHORABUENA!!! Josan

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