Estoy en la estación de trenes;Juan no llega; es El que tiene que partir,todo está es marcha,la máquina encendida,los vagones con sus puertas abiertas, gente con movimientos ansiosos, que van y vienen.
A lo lejos lo veo venir, con un caminar cansado, cargando su valija. Se detiene frente a mí, y nos unimos en un abrazo contenido, sin palabras,sin miradas.
Es el fin de nuestro amor:Juan se aparta de mi vida para siempre.
Escucho risas y llantos de los que allí se encuentran, pero nuestros labios no pronuncian palabras, nuestros ojos son cataratas de lágrimas que corren por las mejillas
La campana hace su llamado, el guarda parado en el anden levanta la bandera y da el último silbato;trayéndonos a la realidad...la hora de partir.
La gente apresurada sube y se ubica en sus lugares.Juan sin girar su cuerpo retrocede hacia el anden, sube al vagón y allí se detiene.
Mi angustia aumenta, mis suspiros se mezclan con los olores de café caliente y manies tostados, que los vendedores ofrecen a los viajantes.
Resuena en mis oídos el traqueteo de las ruedas del tren,que sobre los rieles de la vía, lentamente empieza a andar,de la chimenea el humo gris se eleva hacía las alturas.
Rostros que se asoman por las ventanillas, pañuelos que se agitan por el aire, manos en alto,gritos de despedidas.
Juan no se mueve....tampoco Yo.
Somos dos espanta pájaros queriendo ahuyentar la despedida.....
Lo describis tan bien que soy uno mas en el andén testigo de esa escena... excelente!!!!
ResponderEliminarmuy bueno!!estoy ahi,observando la despedida...
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